¿Cuál es la diferencia entre traje, chaqué, frac y smoking?
Sin dudas, la búsqueda personal del estilismo no es solo cosa de las novias. Los trajes de novio tienen diferencias establecidas en su concepto más amplio, pero el entorno y el estilo personal definen qué etiqueta sigue cada novio.
El novio no tiene todo resuelto. Elegir el vestuario masculino para el casamiento tiene sus puntos en común con la búsqueda del vestido de novia. Lo cierto es que las propuestas de traje para el novio están bien definidas y solo admiten algunos pocos cambios con los accesorios. Tips para resolver las dudas sobre la vestimenta masculina y los tipos de trajes.
1. Traje de novio clásico: versátil y popular
2. Chaqué: vestuario de mañana
3. Esmoquin: vestuario de etiqueta
4. Frac: para eventos solemnes
1. Traje cásico: versátil y popular
El modelo de traje clásico es la elección más popular entre los novios, dado que es apto para todo tipo de enlace. El traje no pasa de moda y el estilismo actual se caracteriza por una chaqueta más suave y fluida. El largo acompaña una imagen más desenfadada, con opciones más clásicas o vanguardistas.
Tanto para bodas elegantes como casuales, la estética de un traje liso es la más recomendada. Sin embargo, el vestuario se presta para darle al novio un toque original y personal con trajes de color. Dependiendo de la personalidad y de factores como el espacio o el clima, el traje da mayores posibilidades entre las preferencias de tejidos y colores para pensar el look del novio.
El color básico es el azul marino y las camisas preferidas son las blancas o azul celeste. Los cuellos de las camisas son la base para elegir un nudo de corbata u otro, lo que aporta a la estética personal del traje de pantalón y chaqueta. Los zapatos de cordones siguen la línea de los trajes, pero se incluyen otras alternativas como los zapatos de vestir con hebillas.
2. Chaqué: vestuario de mañana
El chaqué es un tipo de traje ideal para bodas de mañana, incluso hasta la tarde. Es un vestuario que no ha variado mucho, sobrevive a los cambios sociales y conserva sus rasgos tradicionales, quizá con algunas intervenciones que proponen los nuevos tejidos y la tecnología textil. El chaleco, de corte clásico, incorpora el tono de color y modernidad a la vestimenta.
Con un origen en la corte británica del siglo XIX, la confección deriva de la adaptación de los trajes con levita para montar a caballo. Por su mayor comodidad frente al frac, el chaqué comenzó a ser más popular en las actividades formales que no fueran de noche, hasta que pasó a ser un elegido para los eventos sociales y las ceremonias diurnas. En un principio el pantalón era color claro hasta que se impuso el gris marengo con rayas finitas.
La levita típica, con faldones separados por delante, es su característica más reconocida. Los complementos clásicos de la chaqueta son pantalones rectos, color gris o negro, de finas rayas verticales; camisa blanca con puño doble para llevar gemelos; corbata en la gama de los azules y grises; chaleco con una fila de botones; zapatos negros, lisos, de cuero con cordones, color mate; medias de seda color negro.
3. Esmoquin: vestuario de etiqueta
Junto con el chaqué y el frac, el esmoquin es una prenda de etiqueta. Se utiliza en eventos de gala y en ceremonias que se celebran al final de la tarde o noche, aunque también están abiertas las posibilidades para vestir esmoquin en otros horarios. Por ejemplo, un vestuario de media etiqueta sin moño, con un tono menos rígido.
Los orígenes de esta prenda nos trasladan a las cenas privadas de Eduardo VII. Así nacieron los dinner jackets de Reino Unido y su versión americana, los tuxedos. Esta prenda sí incorpora los cambios según las modas, como el corte, los bolsillos, incluso un color en las solapas, y los detalles en satén caracterizan al esmoquin como prenda que representa la elegancia.
Los colores clásicos son negro y azul oscuro. El saco puede ser recto o cruzado con solapas en satén, en tanto el pantalón hace juego con el tejido de la solapa y lleva una cinta de seda en el lateral. El vestuario prescinde del cinturón y en su lugar se suelen usar tiradores. La faja combina con el moño, aunque se omite en caso de llevar chaleco. El moño negro de seda y los zapatos de corte clásico, con cordones y del tipo charol, son los complementos por excelencia para este vestuario.
4. Frac: para eventos solemnes
El frac tiene un origen militar en las clases altas europeas del siglo XVIII. El traje militar de tres piezas derivó en lo que conocemos como frac para adaptarse a la vida civil. Las aristocracias parisina e inglesa extendieron su uso a toda Europa. En el siglo XIX, las transformaciones políticas y sociales buscaron hacer más sobria y sencilla la prenda. Hoy en día se considera vestuario de etiqueta rigurosa, pensado para la noche y en espacios cerrados.
A diferencia del esmoquin, el frac admite medallas y condecoraciones. Suele aplicarse a eventos muy solemnes, tales como entregas de premios, actos académicos o cenas de Estado, por lo que no es un atuendo tan habitual en las bodas. Se compone de casaca o levita, de faldones caídos; chaleco de piqué blanco obligatorio y pantalones clásicos negros con cinta de raso lateral, del mismo género que la chaqueta. El moño es blanco y de lazo, y el tejido debe ser de piqué como el chaleco.
La elección del traje exige más rigurosidad para combinar con la etiqueta de la boda, aunque hoy en día el novio tiene un amplio abanico de trajes de alquiler y puede agregar un detalle muy personal con los accesorios.