El estado emocional a veces puede llegar a influir en nuestra forma de alimentarnos y ser causa de atracones y comidas compulsivas. La tristeza, el malhumor, la ansiedad o el aburrimiento son algunos de los motivos más comunes que pueden llevarnos a confundir el hambre real con una necesidad de satisfacer esos vacíos con comida.
Para combatir esta relación emocional que se establece con la comida hay que aprender a controlar la ansiedad y distinguir si lo que sentimos es realmente hambre. Además, existen algunos trucos que nos ayudaran a revertir estos momentos en los que comemos de manera compulsiva y casi automática.
Trucos antiestrés
- Antes de empezar a comer asegurate de que tenés hambre.
- Deja de comer cuando notes que ya estás satisfecha.
- Contá hasta 10 antes de comer. Esos segundos te ayudarán a reflexionar e identificar si ibas a comer por un impulso o por necesidad fisiológica.
- Realizá 5 comidas al día.
- Comé sentada y sin prisas.
- Masticar lentamente favorece la sensación de saciedad.
- Intentá comer siempre a la misma hora y en el mismo lugar.
- No hacer otras tareas mientras comés (¡prohibida la televisión!)
Además de estos sencillos consejos, también es importante saber qué alimentos de nuestra dieta son aconsejables o no si queremos acabar con la ansiedad, que nos impulsa a comer sin tener hambre o hacerlo de forma descontrolada.
Alimentos NO aconsejados
- Alimentos que contienen muchos azúcares (suelen aumentar la frecuencia cardiaca produciendo palpitaciones y nerviosismo).
- Café
- Alimentos con mucho contenido graso y/o procesados (embutidos, chocolates…).
- Alimentos con alto contenido en sodio como snacks salados, papas fritas
- Alcohol
Alimentos aconsejados
- Vegetales crudos
- Frutas crudas
- Agua
- Frutos secos como nueces o avellanas
- Queso
Hacer deporte también es una ayuda muy beneficiosa para reducir la tensión y lograr la relajación que tanto necesitamos para controlar la ansiedad de comer.