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Casamientos

14 poemas de amor de Alfonsina Storni: palabras que inspiran

La figura de Alfonsina Storni es un símbolo de la literatura rioplatense. Para muchas novias quizá resulte intrigante, pero es vital entender cómo indagó el imaginario femenino para dar rienda suelta a sus poemas. Selección de 14 poemas esenciales.

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Alfonsina Storni es una de las figuras más destacadas en la poesía rioplatense y latinoamericana. Es una autora icónica, imposible de soslayar, aunque sus versos tienden a ser pesimistas. Los poemas de amor de Alfonsina Storni hacen alusión a la pretensión social del hombre, la reivindicación de la mujer y las rupturas del orden masculino. Hoy hacemos un recorrido por algunos fragmentos de su obra.

¿Quién fue Alfonsina Storni?

Alfonsina Storni fue una poetisa y dramaturga argentina, nacida en 1892 en Suiza y criada en la provincia de San Juan. Los primeros Storni habían llegado en 1880 desde Lugano, Suiza, junto con las camadas de emigrantes prósperos que se instalaron en el interior del país. Los Storni concretaron varios negocios y empresas familiares, sin embargo, para el padre de Alfonsina las perspectivas no fueron suficientes y, en 1901, la familia se trasladó de nuevo, esta vez a la ciudad de Rosario. La prosperidad no acompañó a los padres y Alfonsina comenzó a trabajar a los diez años. Más tarde se convirtió en actriz de la compañía teatral de Manuel Cordero y viajó por varias provincias argentinas. Tras regresar a Rosario, se convirtió en maestra rural y publicó poemas en revistas literarias. En 1911 se trasladó a Buenos Aires, donde nació su hijo al año siguiente. Realizó diversos trabajos y colaboró con las revistas Caras y Caretas y Nosotros.

En 1916 publicó su primer libro de poemas, La inquietud del rosal, que tuvo una gran acogida por parte de la crítica y el público. En los años siguientes, publicó otros libros como El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919) y Ocre (1925), consolidando su posición como una de las poetas más importantes de su generación.

A lo largo de su carrera escribió poesía, obras de teatro, piezas infantiles y artículos periodísticos, y se convirtió en una personalidad importante de la literatura latinoamericana del siglo XX. En sus poemas, Alfonsina exploró temas como la maternidad, la sexualidad, la opresión de la mujer y la lucha por la igualdad de género, con una voz auténtica y comprometida con los temas sociales y políticos de su época. Alfonsina Storni falleció en 1938 a los 46 años. Dejó un legado literario que ha inspirado a generaciones de escritores y lectores en todo el mundo.

Fragmentos de la obra de Alfonsina Storni

Si bien la poesía de Alfonsina Storni no es puramente amorosa en sentido estricto, entendemos el proceso como un camino de seducción. La autora indagó en la fatuidad humana y el egoísmo del hombre, de modo que las inquietudes más rebeldes de Alfonsina y el desamor afligido se transmiten en cada verso casi autobiográfico cuestionando el lugar de la mujer y el hombre.

1. La inquietud del rosal

El rosal en su inquieto modo de florecer
Va quemando la savia que alimenta su ser.
¡Fijaos en las rosas que caen del rosal:
Tantas son que la planta morirá de este mal!
El rosal no es adulto y su vida impaciente
Se consume al dar flores precipitadamente.

2. Lo inacabable

No tienes tú la culpa si en tus manos
Mi amor se deshojó como una rosa:
Vendrá la primavera y habrá flores...
El tronco seco dará nuevas hojas.
Las lágrimas vertidas se harán perlas
De un collar nuevo; romperá la sombra
Un sol precioso que dará a las venas
La savia fresca, loca y bullidora.

3. La loba

Yo soy como la loba.
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.
Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,
Que no pude ser como las otras, casta de buey
Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

4. Tú y yo

Mi casa está llena de mirtos,
La tuya está llena de rosas;
¿Has visto a mis blancas ventanas
Llegar tus palomas?
Tu casa está llena de lirios,
La mía sonríe amapolas.
¿Has visto rodando en mis patios
Ramas de tus frondas?

5. Dulce tortura

Polvo de oro en tus manos fue mi melancolía;
Sobre tus manos largas desparramé mi vida;
Mis dulzuras quedaron a tus manos prendidas;
Ahora soy un ánfora de perfumes vacía.
¡Cuánta dulce tortura quietamente sufrida,
Cuando, picada el alma de tristeza sombría,
Sabedora de engaños, me pasada los días
Besando las dos manos que me ajaban la vida!

6. Dos palabras

Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces, que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.

7. Tu dulzura

Camino lentamente por la senda de acacias,
Me perfuman las manos sus pétalos de nieve,
Mis cabellos se inquietan bajo céfiro leve
Y el alma es como espuma de las aristocracias.
Genio bueno: este día conmigo te congracias,
Apenas un suspiro me torna eterna y breve...
¿Voy a volar acaso ya que el alma se mueve?
En mis pies cobran alas y danzan Las Tres Gracias.

8. Tú me quieres blanca

Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

9. Paz

Vamos hacia los árboles... el sueño
Se hará en nosotros por virtud celeste.
Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve.
Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.
Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen.

10. La caricia perdida

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
Se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
La caricia que vaga sin destino ni objeto,
La caricia perdida ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita,
Pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

11. El clamor

Alguna vez, andando por la vida,
Por piedad, por amor,
Como se da una fuente, sin reservas,
Yo di mi corazón.
Y dije al que pasaba, sin malicia
Y quizá con fervor:
–Obedezco a la ley que nos gobierna:
He dado el corazón.

12. Canción de novia

En el corredor fresco, que los valles domina,
A pequeñas puntadas coso la blanca tela;
De vez en cuando miro la paloma que vuela
Y el insecto de oro en la tenue cortina.
Se me acercan, descalzos, deliciosos chiquillos,
Y en su nariz pequeña, de transparente cera,
Mi dedal se introduce. Reímos. Uno espera
A mi lado con una canasta de membrillos.

13. Dolor

Quisiera esta tarde divina de octubre
Pasear por la orilla lejana del mar;
Que la arena de oro, y las aguas verdes,
Y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
Como una romana, para concordar
Con las grandes olas, y las rocas muertas
Y las anchas playas que ciñen el mar.

14. Emoción nocturnal

Suelta aromas el jardín
Y al envolverme en sus ondas
Unas nubecillas blondas
Me miran desde el confín.
Mientras propicia el jardín
Sus amores en las frondas
Vienen mis nostalgias hondas
A contagiarme de esplín.

Los fragmentos revelan las palabras de una mujer y dan forma a una dimensión femenina que representa un camino de vida, experiencias y pensamientos complejos y solitarios. Es un continuo juego de desencuentros.