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Casamientos

¿Cómo es un casamiento a los 20, a los 30 y a los 40 años?

Como dice la canción: “Cambia, todo cambia”. Las experiencias y el paso del tiempo hacen madurar década tras década a las personas. Te contamos cómo repercuten los años en la celebración del casamiento.

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Aunque es muy habitual escuchar que muchas personas no cambian con el tiempo, a veces en menor o mayor escala, la madurez es una consecuencia del paso del tiempo que todo ser experimenta. Una persona a lo largo de su vida va pasando por muchos cambios, los primeros que se observan a simple vista son los físicos pero van acompañados por los de la mente, que van por dentro.

El entorno, las experiencias positivas y negativas, los deseos, las relaciones sociales y muchos factores más son los que nos hacen ser y crecer. ¿Cómo se traduce todo esto en el casamiento? La manera de vivir emociones fuertes se mantiene, claro que el deseo, la ilusión y las ganas son las mismas a los 20 que a los 40 o a cualquier edad pero cambia la forma de enfocar todo:

A los 20, incendiarios

Pasión, desenfreno, locura. Así son los jóvenes de 20 años que se deciden a pasar por el altar. El casamiento puede ser multitudinario: familiares, amigos, amigos de los amigos, conocidos y novios y novias de. Música alta, temas del momento, bebidas exóticas, diversión y bailes hasta quemar los rayos del sol. La vida recién empieza y hay muchos sueños por delante. Todo se vive de una manera intensamente frenética pero maravillosa. ¡Dulces 20!

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A los 30, más detallistas

Seguís teniendo la resaca de los 20 pero empezás a ser más consciente de muchas cosas y, quizás, puede que algo más responsable que antes. Entonces es cuando te das cuenta que algunos amigos que tildabas de mejores ya no son tan buenos y quedaron a tu lado los que son como familia y hermanos de corazón. Ellos, los que están en cada celebración y en momentos difíciles, los que no se olvidan de tu cumpleaños y te dan una mano cuando lo necesitás o te prestan el hombro para consolarte.

En estos casamientos además de la familia, están tus imprescindibles, amigos de batalla. Además, se cuidan los pequeños detalles, los adornos, el entorno y se vela por el bienestar de todos para que todo sea mágico. La música sigue alta y cantan cada tema con pasión aunque, cada tanto, el ambiente se calma con un lento o se revoluciona con temas antiguos que marcaron una época.

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A los 40, bomberos

Apagás el fuego porque la madurez te proporciona más templanza y menos frenetismo. Seguís siendo muy joven pero ya empezás a sentir ciertos achaques típicos de la edad. La espalda te molesta, por eso buscaste sillas cómodas, con respaldo y almohadones. La vista te traiciona un poco, por eso las invitaciones las hiciste grandes y las letras del menú están en formato amplio. A los 40, ante todo se busca comodidad. Los invitados se reducen a los familiares, entre ellos hijos y, quizás algunos nietos, junto con los amigos de toda la vida. La intimidad se convierte en el entorno perfecto para el casamiento. La música suena un poco más baja para comer, aunque el volumen sube bien fuerte cuando suenan las primeras notas de “el temón” de hace 20 años y salen a la pista para darlo todo.