Hace más de 16 años, el destino me cruzó con Wadi en un momento mágico: dos enormes panzas y fechas casi idénticas de parto nos unieron sin saber que estábamos tejiendo los hilos de una amistad profunda y transformadora. Desde entonces, mi camino ha estado guiado por la magia inexorable de México, un viaje de conciencia que me llevó a descubrirme como mujer medicina y a encontrar mi verdadera vocación: acompañar a las personas en sus momentos más significativos.

Mi llegada al mundo de las ceremonias fue inesperada y profundamente reveladora. Todo comenzó cuando Diana y Manu, amigos muy queridos, me pidieron que los casara. Conociendo su historia y el significado profundo de ese paso en sus vidas, diseñé para ellos una ceremonia auténtica y única, donde cada elemento tenía un propósito especial. Al terminar, la abuela de la familia, quien al principio dudaba en asistir por sus creencias religiosas, se acercó con los ojos húmedos y me dijo: “Dudé en venir y, sin embargo, hoy, a mis 70 años, quiero decirte que me regalaste la ceremonia más llena de amor de toda mi vida. Gracias.”

Desde ese momento, mi camino quedó marcado. De boca en boca, la magia siguió expandiéndose, creando experiencias memorables, trascendentales y llenas de significado para mujeres y parejas. Como me gusta decir, las ceremonias y ritos de paso que guío son espacios donde la única energía que se mueve es la del amor.

Hoy de regreso en Argentina, mi tierra natal, creamos Ritualia para honrar el momento más trascendente de tu boda y celebrarlo con un profundo sentido de amor.

De las grandes agencias de publicidad como directora creativa a las salas de parto como doula, mi vida siempre ha estado marcada por la creatividad y el deseo profundo de conectar con las personas. Fue al convertirme en madre cuando descubrí mi verdadera vocación: acompañar a las mujeres en uno de los momentos más transformadores de sus vidas.

Durante los último 16 años me dedique a crear espacios seguros y llenos de amor para futuras familias en México, donde viví gran parte de mi vida. Acompañé nacimientos, guié ceremonias de maternidad y celebré primeras lunas, honrando cada transición con el respeto y la profundidad que merecen.

Cuando las mismas familias a las que acompañé en sus partos me pidieron que guiara sus ceremonias, entendí que mi propósito se expandía más allá del nacimiento.

Cada ceremonia que guío es un viaje único, un espacio donde la magia sucede y la emoción se siente en cada detalle.

Hoy de regreso en Argentina, mi tierra natal, creamos Ritualia para honrar el momento más trascendente de tu boda y celebrarlo con un profundo sentido de amor.