El casamiento de Matías y María Fernanda en General Rodríguez, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

Me maquilló el equipo de Pili Pegoraro. Hice la prueba de maquillaje apenas unas dos o tres semanas antes, confieso que me costaba la idea de maquillarme dado que no suelo hacerlo y no quería un maquillaje exagerado. El vestido fue el de mis sueños, esas prendas que te las ponés y te sentís identificada desde el momento uno. El velo divino, me lo prestó mi cuñada Karín. De hecho, eran dos: uno largo y uno corto.

El lugar que elegimos era sin dudas un encanto, esa tarde dejó de llover y nos mostraron que podíamos realizar la ceremonia en una parte del predio que no habíamos considerado. Sin embargo, logramos realizar el evento afuera. Salió más hermoso de lo que podríamos haber soñado. Aparecí con el vestido blanco en medio del bosque, como si fuese un cuento. Es más, uno de los nenes invitados pensó que era una princesa.

Los violines sonaban perfectos, esa música que te llega hasta el alma. Habíamos contratado a Acento que también los elegimos por la página y su servicio fue excelente. Al momento de caminar hacia el altar, lleno de pétalos de rosas blancas, todos los nervios y las emociones a flor de piel. La ambientación de “Entre2 ambientaciones” fue propuesta del lugar y fue excelente, nada que objetar. Hasta el ramo y el botonier les pedimos y quedaron divinos. Para el menú elegimos asado y algunos especiales para vegetarianos y celíacos. Cumplieron todo tal cual lo previsto. Los invitados no dejan de decirnos lo bien que la pasaron, comieron, bailaron y disfrutaron del casamiento junto con nosotros.