El casamiento de Lucas y Giselle en Moreno, Buenos Aires
De noche Verano Blanco y negro 1 profesionales
L&G
14 Feb, 2020La crónica de nuestro casamiento
¡Hola, chicas!
Casi un mes después (ya mucho más tranquila y de vacaciones) voy a contarles de nuestro casamiento.
Primero que nada, nuestra onda fue super tranqui, un casamiento al estilo capestre, en una quinta al aire libre y de noche. El lugar elegido fue Quinta Nona en Moreno, Bs. As. Si alguien busca por esa zona lo recomendamos ampliamente. Gracias a ellos tuvimos una boda soñada.
Con ellos elegimos la comida: la recepción con fiambres, pernil, etc. La cena fue asado, vacío, chori. De postre helado (bien tranqui porque había mesa dulce). Y la parte más importante: la famosa mesa dulce con shots de chocotorta, tortas y tartas de todo, fruta para personas celiacas, etc. Además, elegimos la decoración del altar, deco en general, iluminación y DJ.
Algo muy importante es que elegimos detalles temáticos: ¡Harry Potter! ¿Por qué? Porque sí. Porque amamos la saga y no podíamos dejarlo afuera de un momento tan importante. La torta fue hermosa, toda torta y nada de artificial.
Seguir leyendo »Pero sigo con los preparativos. Algunas cosas decorativas las ideamos y creamos nosotros. Muchas ideas las sacamos de acá y las llevamos a cabo con nuestro estilo y con el presupuesto que teníamos a mano.
Lo primero fue hacer unos pañuelitos para la ceremonia. Super simple, compramos paquetitos de organza chiquitos, hice el diseño de los papelitos que dice que era, pañuelo adentro y chau. Simple. Todos lo amaron. Todos quedaron re encantados. Los presentamos en una canasta decorada con tul blanco en el lugar donde se hacia la ceremonia.
Compramos unos cartelitos en el cotillón, de esos para selfie, simples, nada raro y re barato. Además, hicimos unos abanicos. El diseño me lo mandaron las chicas de acá y quedaron geniales. Muchos se los llevaron de recuerdo. Esto lo pusimos en los livings que había en el parque.
Otra cosa que hicimos fueron los paquetitos anti resaca. En paquetitos de papel kraft le pusimos una pastillita antiespasmódica + analgésico, dos caramelos de menta cristal y un saquito de té de boldo. Además, agregamos un papelito impreso diciendo qué tenía cada paquetito. Más que nada para que la gente se guie. Parece una boludés, pero todos lo usaron, doy fe de eso. Esto lo dimos al final de la fiesta con los souvenirs.
Hablando de eso, nuestros souvenirs fueron frascos de mermelada hechos por la abuela de mi esposito. Hizo de naranja, ciruela y frutilla. No hubo una persona que no nos pidiera más frascos.
Los centros de mesa fueron unas maderas barnizadas por nosotros (madera de árbol, no fibrofácil). Arriba les pusimos dos peceras (una grandecita y la otra más pequeña) con sales aromáticas y una velita led. Hicimos nombres para cada mesa, en vez de número, los imprimimos y les pusimos un palito tipo de brochetas. Esto lo ubicamos dentro de la pecera grande. Nada más. Una tontería, re simple, pero que vistió todas las mesas. Incluso se peleaban por llevarse el centro de mesa.
Hicimos también el famoso seating plan o listado de ubicaciones, también hecho de cero por nosotros. Mi marido hizo un marco con madera, le pusimos 3 clavitos de cada lado. Hilo de matambre atado de clavo a clavo. Los cartelitos de cada mesa los diseñe yo, los imprimimos y los sostuvimos con broches pequeños de colores. Quedó super hermoso y delicado.
La parte más importante de todo: ¡vestidos! El de civil lo compré en Renatta de Alba, Belgrano (CABA). El color era rosa viejo con flores bordadas. No les explico mi ansiedad de usar ese vestido. Amé usarlo, re cómodo. A todo el mundo le encanto. Use ramo con flores naturales en tonos claritos, rosa bebe, natural, etc.
El vestido de noche lo hice en Rouge Ivoire, Recoleta (CABA). Empecé a hacerlo en julio más o menos. Amé el diseño, los detalles, todo. Es único. Con todas las cositas que yo quería. Color natural, porque no quería nada blanco en nuestro casamiento. El ramo que use también fue de flores naturales en tonos azules, violetas y colores de esas gamas. Era una especie de triangulo grande, todo hecho con alambre (por el diseño que yo había pedido). No pude tirarlo ya que me dijeron que podía lastimar a alguien, en su lugar tire el ramo de civil.
Mi marido alquiló el traje en Lopez Sarmiento. Era un príncipe azul. Real, porque el traje fue azul. La camisa y los zapatos los compró. No puedo describir lo lindo que estaba, fue soñado.
Por otro lado, contratamos a Mariana Tosi para retratar las fotos. Es una mina increíble, sumamente profesional y tiene una mirada que no todos lo tiene. Sus fotos son super frescas. Les dejo algunas que tenemos del civil.
En cuanto a los nervios. Yo no estaba nerviosa, sí muy ansiosa. Mi marido sí estaba nervioso, aunque dijera que no. Ese 14 por la mañana tuvimos el civil en Villa Celina, (Matanza), que es donde vivimos. Fue hermoso. Todos lloraron menos yo. Nos olvidamos de ponernos los anillos y mi cuñado (que los tenía él) me hizo una seña y nos lo pusimos rapidito. Igual era todo simbólico claramente. Fue divertido ese momento.
A la noche lo mismo. Todos lloraron menos yo. La ceremonia fue laica, simbólica. Hablaron los testigos. Nosotros (aunque yo no quería porque muero de vergüenza). Nos pusimos los anillos, ahí sí, todo tranqui porque también estaba más organizado.
No comí nada en toda la fiesta. Paso a explicar por qué. No fueron nervios ni nada. Tenía sueño. Ese viernes nos despertamos cerca de las 6 de la mañana, mucha ansiedad, mi cuñada iba a casa a peinarme y maquillarme para el civil que era a las 10, así que ya arrancamos corriendo. Luego del civil, fotos y un almuerzo pequeño entre los que estábamos, para luego tener que irme para Moreno con mis papas (donde ellos viven) ya que claramente nos preparábamos por separado para la noche.
Llegamos a Moreno, hicimos un par de cosas que teníamos que hacer, ir a su casa a dormir siesta. No hubo siesta. No podía dormir. Seguí haciendo unas cositas que habían quedado por terminar, y para todo eso, a las 5 con mi mamá teníamos que estar en la peluquería para peinado y maquillaje. Ahí se pasó toda la tarde. Después todo el casamiento que comía re poquito, tomé muchísimo y lo disfrutamos aún más. Fue una pena no haber podido comer un poco más, pero estaba tan pasada de rosca que fue imposible.
Y hasta acá creo que es todo. Es algo que viviría mil veces. Mi esposo dice que no por la locura que fue el último mes. Pero fue hermoso todo, soñado. Realmente un sueño que se volvió realidad.
Además, lo disfrutamos aún más cuando la gente nos decía que le gustaba tal decoración, o la comida, o la música, lo otro. Y ver que algo que hicimos nosotros les haya gustado a todos es algo que no tiene comparación. Ahí nos damos cuenta de que valió el esfuerzo y haber corrido tanto.
Si tuviera que ponerle un título a ese día seria: un sueño vuelto realidad.
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