El casamiento de Rubén y María en El Calafate, Santa Cruz

La crónica de nuestro casamiento

Nuestro Gran Día finalmente llegó con muchos nervios y ansiedad. La ceremonia fue íntima con nuestra familia y amigos más cercanos.

Aunque la lluvia se hizo presente y nos puso un poco de mal humor al principio; más sabiendo que casi nunca llueve en la Patagonia Sur, ¡y nos tocó justo a nosotros! Igual le pusimos buena onda y todo marchó armoniosamente.

La simpleza y frescura del evento en el ambiente campestre ideal, fue el marco rústico esperado para el festejo.

Con algunos contratiempos por la decoración DIY del exterior, como también con nuestra entrada al salón debido al mal clima, se sumaron algunos detalles de servicio que hubiesen podido estar mejor, igualmente todos disfrutaron del maravilloso restaurante de campo y de su naturaleza.

La diversión fue espontánea y así naturalmente salió el baile.

Siempre las emociones a flor de piel, la felicidad impregnaba nuestros corazones, con los ojos llenos de lágrimas y las sonrisas como protagonistas que invadían todo el lugar.