El casamiento de Rodrigo y Lightmary en Campana, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

Fue un sueño de hadas y un día muy esperado por los dos, ya que había venido de EE.UU con mi vestido Vintage Oleg Cassini a casarme con mi amor de distancia de tres años. Los dos empezamos muy nerviosos por los tiempos, porque se nos dio casarnos por civil e iglesia el mismo día. Fuimos al civil con nuestros padrinos y muy buenos amigos. Luego, al ser recibidos cada uno con un bañado de arroz corrimos para vestirnos. El novio preocupado por recibir al fotógrafo y poder saber si el salón de fiestas estaba preparado.

Tenía tres horas para maquillaje, peinado más aparte meterme en un vestido muy amplio y complicado para ponerme. Se hizo la hora y la maquillista y fotógrafa tomaba fotos. Temblaba de ansiedad. Me decían: “La novia siempre llega tarde”. La fanfarría de casamiento y me recibió un novio llorando de emoción. La misa fue hermosa. Los dos lloramos de alegría y no pudo la decoración ser más hermosa y mi ramo de novia.

Después fuimos al campito a tomar fotos. Cuando llegamos al salón todos estaban allí. Hicimos el vals y bailamos como si nadie nos viera. Un poco más tarde llegó una sorpresa para el novio, que era una serenata de mariachis. Le canté: "Si nos dejan". Comimos, bailamos hasta que nos casamos y a la hora del brindis todos lloraron de lo feliz que estuvieron por nosotros. Llegamos a casa y esa misma noche fuimos de viaje a nuestra luna de miel a La Cumbrecita en Córdoba. No pudo todo haber salido tan perfecto.