El casamiento de Rodrigo y Ailén en Belén de Escobar, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

Una noche única, rodeada de nuestros afectos y los mayores amores de nuestras vidas: nuestros hijos. Volví a casa de mamá, al rinconcito perteneciente a mi abuela y lo tomé prestado para prepararme para el gran día.

La ceremonia religiosa fue en la iglesia de nuestra ciudad, un momento cargado de emociones, donde nuestros hijos llevaron los anillos junto a nuestras sobrinas y nos acompañaron al altar.

La fiesta fue hermosa, elegimos un servicio de lunch muy completo que nos dejó muy sorprendidos para bien. Previo al vals, bailamos la canción que siempre nos llegó y soñamos bailar juntos ese gran día.

Mucho baile, muchas risas y mucho amor de parte de nuestros seres queridos dejaron plasmada en nuestra memoria y corazón la mejor de las noches.