El casamiento de Ignacio y Ornella en Marcos Juárez, Córdoba

Con ramo en mano partí junto a mi papá a la iglesia y empezó la cuenta regresiva, estaba a minutos de casarme con el amor de mi vida. Al llegar a la iglesia pensé que iba a llorar y mucho, pero la alegría y las ganas de estar bella le ganaron al llanto y entré junto con mi papá con una enorme sonrisa y mirada fija hacia el novio. Desde ese momento todo fue perfecto. La ceremonia fue maravillosa. La fiesta nos esperaba.

Cruzamos desde la iglesia al salón por el camino que los unía, donde estaba la plaza decorada para que los invitados y nosotros, los novios, podamos sacarnos fotos. La fiesta fue hermosa, no nos queríamos ir, ni nosotros ni los invitados. Comimos, tomamos, nos sacamos, fotos y bailamos a más no poder. Al finalizar de 150 personas éramos 140 personas cantando "No nos vamos nada" y al DJ no le quedó otra que seguir un ratito más.

La pasamos tan bien y lo mejor fue la compañía de todos nuestros invitados, que vinieron de todas partes para acompañarnos y no se fueron hasta que sonó la última canción.

Los días que siguieron la pasamos en el hotel con los invitados que se habían quedado con nosotros unos días más por ser finde largo y el martes 12 partimos hacia nuestra luna de miel. Ahora sí, recordando una de las mejores noches de nuestras vidas, mirando hacia el futuro ¡para seguir cumpliendo juntos todos nuestros sueños!

Gracias casamientos.com.ar y a todas las chicas de la comu y administradoras por esta compañía, ¡por dejarme ayudarlas y por sus consejos e ideas!