El casamiento de Gonzalo y Mariana en Rosario, Santa Fe

Sólo podíamos ser 15 personas, contando pareja y testigos, así que hicimos cuentas, achicamos todo lo que pudimos y llegamos a 16 pero como dentro del número hay 2 niñas (hija y sobrina) nos dieron el ok. No sabía qué ropa ponerme así que pedí consejos y la votación fue unánime.

Les avisamos a nuestros amigos y amigas que transmitiríamos en vivo la ceremonia para que puedan compartir con nosotros el momento. Nadie podía creer que todo esto pasaría 48 horas después ja, ja, ja.

El miércoles encargamos un catering para almorzar con los invitados post civil. Fui a comprar las zapas para la nena y a teñirme el pelo. El jueves 10 fui a hacerme las manos, Gonza a cambiar la camisa y luego fuimos a comprar algo de bebida para el día siguiente. A la noche planchamos la ropa de los 3, acomodamos todo y nos acostamos.

¡Yo no podía dormir porque mis amigas estaban más nerviosas que yo y me pusieron ansiosa! ja, ja, ja. Conclusión dormí 3 horas y algo. Me levanté y me puse parches de gel para las ojeras, tomé mates, bañé a mi hija y luego me bañé yo. Me maquillé y peiné. Opté por ponerme un postizo que es una cola de caballo larga y como accesorio una coronita de flores que acondicioné para este peinado.

Salimos hacia Plataforma y al llegar estaban ya esperándonos. Entramos por tandas para que fuera más ordenado, además de cumplir con el protocolo de tomar la temperatura e higienizar nuestras manos. Al ser nuestro lugar, desde el ingreso hasta el salón nos fuimos cruzando con compañeros y compañeras que estaban más emocionados que nosotros. ¡Todo fue perfecto, también gracias a ellos y el amor que le pusieron a cada detalle! Hasta un amplificador de wifi colocaron para que la transmisión salga bien.

El juez de paz super copado, nos preguntó sobre nuestros comienzos y también hizo hablar a los testigos. Desde la transmisión recibíamos hermosos mensajes y Victoria, mi hija, haciendo aplaudir a los presentes. Para ella, Gonza es como su papá, así que estaba super feliz en la ceremonia.

Lloramos mucho, muchísimo y también nos reímos un montón. Luego pasamos a otro salón para poder sacarnos fotos. Aquí les comparto algunas, tomadas por Fernanda, también amiga y compañera de trabajo, que es la fotógrafa del Ministerio de Cultura, que es donde ambos trabajamos. Dejamos que las cosas sucedan porque intentar planear este año fue algo casi imposible. Y pasó esto, cuando pensamos que todo quedaría postergado, llegó el mejor lugar, ese que no teníamos ni imaginado.

A veces, las cosas espontáneas son las mejores concretadas. Encima hemos ligado regalo así que seguramente, apenas se pueda, ¡nos iremos de luna de miel! Otra cosa que teníamos descartada por falta de tiempo y dinero. ¡Nada más nos queda seguir agradeciendo tanto amor recibido!