El casamiento de Gastón y Virginia en Moreno, Buenos Aires
De noche Verano Dorado 0 profesionales
G&V
20 Ene, 2018La crónica de nuestro casamiento
¡Bella comunidad!
Andaba perdida, por algún lado he leído sobre la depresión post boda. Parece que no, pero sucede, después de dedicar durante cada 4 meses días, tardes, noches, ¿después del gran día qué quedó? Valiosos recuerdos.
Desde el día del civil comencé a experimentar una sensación única, sabía que ese momento no se iba a repetir y quería tomármelo tan a pecho para retenerlo para siempre.
Ante todo, como también he leído, les aviso a cada una que vivan y disfruten mucho cada momento que es único e irrepetible. Y para los bellos momentos el tiempo corre rápido.
Comenzamos el 20/01, por aquellas horas Gastón, yéndose a trabajar (en alguna oportunidad comenté que era panadero) y yo terminando de armar las bolsas del carioca junto con lo que quedaba de la deco, y partí al salón con la Natalia, que me ayudó desde el primer momento, casi una relación simbiótica, entre nervios y locura dejamos todo en orden para esa noche, mesas, en baños kit, recepción, barra, bebidas, junto a mi hermana. Todo eso que parecía rápido no lo fue y esa constante sensación de querer estar en todo (y no me equivocaba) me hizo quedarme hasta las 17 horas. Me quedaba llegar volando porque a las 18 horas iba mi maquilladora y peinadora a la casa de mi mamá.
Seguir leyendo »Llegadas las 18:15 ya estaba en casa de mi mamá, junto a mi bella Catalina. Previo en casa había dejado el regalo para Gastón con dedicatoria incluida por nuestro aniversario, el cual ni bien lo vio me llamó emocionado porque estaba re lindo (gemelos y boutonniere personalizados con su bello bajo eléctrico). Opté prepararme ahí, por el significado que ello tenía, mi papá no estaba para entregarme en el altar ese día, por lo que pensé que sería una forma de tenerlo presente. Mi mami ya tenía el vestido en su cama planchadito y perfumado. Las horas pasaban y ya me entraba un calor por todo el cuerpo. Llega mi hermano que me iba a llevar e iba a ser el padrino, en el auto solo entrábamos dos.
La casa de mi mamá parecía la estación de Once en plena hora pico, mis hermanas, mi hija, mis sobrinos, el padrino, la mar en coche. Pero no sé cómo paso, pero 20:30 yo estaba lista para salir, comenzaba a las 21:20.
Primer traspié, mi mamá salió más tarde de lo debido y se demoró, ella llevaba las alianzas, cartel y deco de la iglesia, también las ligas. Por ende, hasta que ella no llegó no se pudo comenzar.
Al entrar las piernas se me aflojaron, ver a todas las personas que quería ver para acompañarnos ese momento fue muy especial, caminar lentamente y verlo a Gastón, ahí paradito, me hizo recordar a mi papá, en nuestra primera cita, y que por sobre todo en ese instante comenzaba nuestro felices por siempre.
La misa sencillita y cortita y más cuando rezamos en Padre Nuestro y al diácono se le olvido y dijo lo que quiso.
Emocionante término, fotos de por medio, partieron los invitados al salón y nosotros también pero más lentos, porque los dos íbamos recordando cada momento de esos 20 minutos vividos.
Llegamos al lugar, era un muy bello, sacamos fotos allí mismo, y después entramos, a la par que se veía el video cronológico que mi hija nos había hecho y con el animador cantando nuestro tema y lema de toda la fiesta: “juntos a la par”. Acto seguido y entre más lágrimas, el vals, fotos y más fotos. Sin duda estaba todo hermoso, tal cual lo habíamos planeado, todo lo trabajado se reflejaba en esos momentos.
Seguimos con el corte de la pata, especie de ceremonia propuesta por el catering. Y después de una tanda de baile y más fotos, nos fuimos todos a comer. Casi que ni probé bocado porque quería estar atenta a cada cosa. Fotos en cada mesa, bromas, agradecimientos, cero quejas.
Gastón a esta instancia de la noche, mi marido comenzó a preparar todo para que toque su banda. Tocaron 4 o 5 temas todos revolucionados porque sonaba linda y la noche se prestada para que bajo las estrellas disfrutemos de buena música. Así también se dio el momento del ramo, cintas, y más tandas de bailes.
No tuve ligas, porque mi bella madre se las olvido con mi cambio de ropa y sandalias por si las moscas, me enojé y me acorde en ese momento, ¿porque delegué? Al minuto se me pasó, me olvidé y disfruté lo que la noche me estaba dando. Luego disfrutamos de la cascada de chocolate, helado, torta y brindis. No hubo invitado que no me remarcara al finalizar lo bien que comieron, y lo rico que estaba todo. Sin duda comida y bebidas había para dos fiestas.
Ya entrando las 5 de la mañana, ¡llego la batucada! La gente como loca, sacando fotos con las dos bombas que bailaban al compás de la música una hora bailando sin parar.
¡Ya la gente comenzaba a despedirse! Gastón se había olvidado los CD que eran el souvenir. Prometí visitar a cada uno y allí entregárselos.
Sin duda junto al nacimiento de mi bella Cata fueron y serán los 2 días más importantes de mi vida.
Reímos, bailamos, todos. Cerramos nuestro gran día recién a las 8:30, Gastón tocando con la banda, yo la mirada descalza y por sobre todo feliz. Tal cual lo soñamos así fue el comienzo de nuestros felices por siempre.
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