El casamiento de Fran y Ro en Rosario, Santa Fe

La crónica de nuestro casamiento

Arranqué el día tempranito yendo a arreglarme una uña. Vino mi papá, que hacía un año que no veía, de sorpresa y charlamos un rato. Después de eso, empecé a cargar todas mis cosas personales y de mi hija para irnos a preparar a la casa de una amiga, donde nos juntábamos con las damas de honor. Y, a partir de ahí, todo fue sonrisas y felicidad.

Me cambié con mis amigas, mi hija de 4 años se durmió una siesta, me peinó la peluquera ahí mismo, luego a Juanita. Llegó el fotógrafo, mi prima con el ramo que hizo mi tía para mí y mis pajecitas.

Luego llegó mi amiga maquilladora y, mientras el fotógrafo grababa con su lente esos hermosos momentos, todas nos preparábamos. También vino la modista con el vestido para ayudarme a ponérmelo. De ahí fuimos a la iglesia y estaban las otras damas de honor con los padrinos de mi novio. Y mi mamá esperándome para entrar con ella.

Desde el momento en que puse un pie en la iglesia mi novio se quebró en llanto y fue todo muy emocionante y hermoso. A partir de ahí, un maravilloso cuento de hadas que superó ampliamente mis expectativas. Cumplí uno de mis mayores sueños.