El casamiento de Rodrigo y Ana en Tigre, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

El día comenzó temprano, a pesar de habernos acostado muy tarde, terminando la decoración del departamento que nos prestaron para poder hacer una pequeña reunión después de la ceremonia. A las 16 horas después de esperar desde las 10 horas a la persona que iba a ser la madrina, (hermana de mi esposo), nos enteramos que no podía llegar ¡y nos habíamos quedado sin madrina!, un obstáculo más a los muchos que habíamos sorteado en el último tiempo. Hablamos con nuestra hija y aceptó entrar con su papá a la iglesia. Ambos se fueron al depto a cambiarse para llegar a la iglesia juntos en nuestro auto.

A las 18 hs me fui a la casa de una amiga que sería quien me peinaría y maquillaría. A las 20 hs me puse mi vestido y allí comenzaron todos los nervios que no había tenido antes. A las 20 y 20 hs nos pasó a buscar un remis que nos llevó hasta tres cuadras antes de la iglesia, por allí pasaría a buscarme mi compadre con mi auto (el mismo en el que había llegado mi esposo minutos antes a la iglesia). Cuando bajé en la puerta de la iglesia me esperaba mi hijo mayor (el padrino), cuando me vio me dijo: - ¡mamá estás hermosa!; ¡fueron las palabras más lindas que había escuchado en mucho tiempo! Ya estaba allí, había llegado el día, el momento tan esperado. Al abrirse las puertas, y empezar a caminar hacia el altar con la canción de Il Divo "hasta mi final", sentí la mayor felicidad después del nacimiento de mis hijos. Ahí lo vi, tan emocionado, con lágrimas en los ojos y haciéndome sentir una reina (su reina), y sentí que el tiempo no había pasado que amaba a ese hombre como desde hace 15 años y que tenía que disfrutar lo que comenzaba en ese momento.