El casamiento de Mati y Bren en Esperanza, Santa Fe

Luego volvimos y seguimos durmiendo hasta las 8, desayunamos, él se fue y yo esperé a mí prima que es estilista. Ella llegó más tarde de lo que habíamos quedado (yo estaba nerviosa ya) porque todas las chicas de la familia le pidieron que las peinara. Llegó ella y a los 5 minutos el fotógrafo para el getting ready. Comenzamos, llegan mis mejores amigas con el ramo (que era una locura). Todas listas y yo aún con el pelo. De todas formas mí prima es una genia y en cuestión de media hora yo ya estaba lista. Llega mí papá con el auto antiguo que contratamos para la ocasión. Ya mis nervios estaban en lo máximo. Aclaro que el hecho de casarme no era lo que me estresaba sino el entrar en la iglesia y que todo el mundo esté pendiente de mí. Soy muy tímida en ese aspecto. En fin, llegamos a la iglesia estaba entrando y me doy cuenta que los hijitos de mí prima (la que me arregló) no estaban y ellos nos llevarían las alianzas. De todas maneras no me afectó, lo vi a Mati a lo lejos y me calmé.

Toda la entrada lo miré y se me pasó todo. La ceremonia fue muy linda y corta y cuando nos dimos cuenta ya estábamos saliendo, ahora sí con los nenes delante nuestro.

La gente comenzó a marchar hacia el lugar del almuerzo y del civil mientras nosotros habíamos unas fotos. Cuando regresamos al auto antiguo par desplazarnos hasta el lugar: no arrancaba, sin batería. Igual ni nos importó. El dueño se moría de vergüenza y a nosotros ni nos importaba, estábamos felices. Llegamos al lugar de la recepción en otro auto, aunque aclaró que estábamos a tres cuadras de la iglesia. Todos nos esperaban y fuimos derechito para el patio, dónde estaba preparado el altar del civil. Nos casamos. Otra vez corto pero hermoso y luego disfrutamos de una picada previa al almuerzo. Pasamos a las mesas, almorzamos, postre, sacamos miles de fotos, tiré el ramo (mis amigas lo querían patear) , charlé con familia que hacía 10 años o más que no veía, brindamos, mesa dulce y nos despedimos. Fue un festejo tranquilo, 55 invitados (familia y mejores amigos) pero fue perfecto, mejor de lo que pudimos soñar y la pasamos de maravillas. Mati no dejaba de decirme lo hermosa que estaba y lo feliz que era. Es loco porque después de tantos años de novios uno piensa que el matrimonio es un trámite pero nada que ver.

Nosotros sentimos desde ese momento que el amor se expandió, se magnificó, evolucionó. No sabemos cómo explicar pero es hermoso. Se siente bien, correcto. Nos amamos más que nunca y somos súper felices.