El casamiento de Juan y Carla en Martínez, Buenos Aires

A la tarde me fui a la casa de mi mamá, compartimos mates con mi hermana, nos peinaron, maquillaron, ¡y tuvimos una tarde ajetreada pero divertida! Llegó el momento de ponerse el vestido, y aunque hice varias pruebas anteriormente, nunca me lo había probado terminado, así que fue un momento de nervios, pero por suerte, ¡todo había quedado como yo quería!

Se fueron todos, y me quedé con Guille, el marido de mamá, que me acompañó en el auto hasta buscar a mi abuelo, quien fue el padrino de boda y con quien ingresaría a la iglesia.

Luego de una ceremonia muy corta pero especial, volvieron a declararnos marido y mujer, pero ahora ante Dios. Y ahora sí, ¡se venía el momento de disfrutar la fiesta!

Llegamos a Dulce María, en Martínez, y quedamos sorprendidos de lo hermoso que había quedado decorado el lugar.

Sinceramente, nosotros no nos encargamos de nada. Sólo le dijimos a Loly que queríamos algo muy relajado, sencillo pero acogedor, ¡y ella supo captarnos la onda enseguida! Disfrutamos del lugar, la comida, los tragos, el Dj, ¡y todo lo que estaba planeado!

¡La verdad, que fue un día y una noche para no olvidarse nunca más!

¡Puedo decir que soy completamente feliz!