El casamiento de Fernando y Nadia en San Nicolás, Capital Federal
Verano Azul 5 profesionales
F&N
18 Mar, 2022La crónica de nuestro casamiento
Después de dos fechas suspendidas por la pandemia (18/09/20 y 25/06/21) finalmente llegó nuestro día. Elegimos el Registro Civil Central porque era el que tenía horarios más tarde. Nuestra idea, al no casarnos por iglesia, era unir civil y festejo. Pudimos conseguir el turno de las 16:30.
El salón elegido fue Charlotte Recepciones, en Villa Crespo (ya dejaré la reseña correspondiente, pero les anticipo que fue todo de maravilla, super recomendable). Buscábamos algo que sea integral, para no tener que preocuparnos por nada y este lugar cumplía con lo que queríamos.
Había contratado una maquilladora (Micaela Kraushaar) que tenía su estudio muy cerquita del Registro Civil, así que fue una decisión acertada que me peinara, me maquillara y me vistiera ahí, teniendo en cuenta que trasladarse al centro y un viernes es bastante caótico por más temprano que salgas.Me citó a las 13 horas, ya que le pedí estar lista para las 16, que pasaba a buscarme mi papá por ahí.
Seguir leyendo »Llegué y estaba preparando a mi mamá que había ido unas horas antes. En un momento, me dice... "Mirá lo que hay para vos en la camilla". Era un ramo de rosas con Ferrero Rocher que había mandado mi novio al estudio para sorprenderme. Yo no lo sabía, pero a él le habían dicho que el día de la boda los novios acostumbran a hacerse regalos... Lamentablemente, ese día no recibió ninguno de mi parte.
Durante todo el proceso de peinado y maquillaje estuve bastante tranquila. Había hecho una prueba antes y ya sabía qué era lo que quería y lo que combinaba más con mi look (iba a usar un vestido para el civil y otro para la fiesta). Quienes estaban en el estudio remarcaban "mi tranquilidad". No sé, ¿se ponen muy nerviosas las novias?
Se acercaba el horario y faltaban varias cosas aún, sólo ahí le pregunté a Mica si llegábamos a las 16 a estar lista. Volaba, ¡pobre! Finalmente, no fue a las 16, sino a las 16:25 que salí del estudio a las corridas (¡casi me olvidé de pagarle!).
¡Estábamos a 5 cuadras del Registro Civil y ya era la hora! Para no perder más tiempo buscando lugar para estacionar ni dar toda una vuelta para dejarme en la puerta, me bajé en la esquina y caminé esa media cuadra. Por suerte se ve que estaban un poco retrasados, porque me dio tiempo a saludar a la mayoría de los que habían ido (familia, amigos). Mi ahora marido estaba muy nervioso... y lo estuvo durante toda la ceremonia (que fue muy amena). Yo no, me sentí bastante tranquila.
Para quien tiene dudas aclaro: si bien en la web del GCBA dice que en las salas sólo ingresan novios y testigos, a nosotros nos dejaron ingresar a todos (creo que dijeron que había un tope de 30 personas, que sería la capacidad de la sala para personas sentadas). Y la ceremonia del arroz, la volvieron a hacer en el patio. Pero a nuestros invitados no les dijeron nada y nos esperaron afuera.
Bueno... ¡llegó el momento de salir y nos estaban esperando con toda la artillería! Arroz, mortero de papelitos de colores, pero la que se llevó el protagonismo fue mi mamá, que me vació un paquete de 1/2kg de arroz en la cabeza. Creo que ella estaba esperando este momento más que yo...
Al salón nos iba a llevar mi papá, que se iba a quedar porque no le iba a dar tiempo a volverse a la casa a cambiarse para la noche. La cita en el salón era a las 19 horas y el civil habrá terminado aproximadamente a las 17:30. Vive en Munro, así que contaba con él para el traslado. Pero en un momento me dice: "tengo que ir a buscar al tío, así que no los puedo llevar...". “¡Ok! No te preocupes, nos tomamos un taxi al salón, le dije”.
Yo ya había visto estacionado en la puerta del registro un auto clásico, decorado con moños, pero pensé que podría ser de la pareja que entró después de nosotros, pero no. Una vez más, mi marido me sorprendió. Contrató sin que supiera un auto clásico para que nos llevara a sacarnos fotos y luego al salón.
Le dijo a mi papá que le siguiera el juego de que él nos iba a llevar así yo no sospechaba nada... Así que ahí fuimos, a bordo de un Ford T rumbo al Parque Centenario, aprovechando que estaba cerca del salón para no desviarnos tanto y llegar a horario para poder recibir nosotros a los invitados. Sí, elegimos recibirlos nosotros y luego ir a cambiarnos para hacer la entrada triunfal y bailar el vals. Más de uno se sorprendió al vernos ahí. ¿Somos unos novios originales?
Llegaron los invitados y llegó el momento de cambiarnos. Yo sólo me cambié el vestido, mantuve accesorios, maquillaje, peinado y calzado y mi marido se cambió la camisa y la corbata. A él lo ayudó mi suegro y, a mí, dos amigas. Salimos al salón con el tema “I was born to love you” de Queen y el vals, como no somos tradicionales, elegimos la versión de “Unchained Melody” de Air Supply, y si quedaba gente por bailar, le dijimos al DJ que pasara el vals de Drácula.
Fue una noche soñada, la pasamos de 10. Tanto nosotros como los invitados. Nos divertimos con los shows (un stand up con Fer Ender y el Tano Giannone) y karaoke, comimos muy bien con el catering del salón (PartyFood 2020).
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