El casamiento de Esteban y Ana Paula en El Talar, Buenos Aires

Por el contexto que vivíamos, nos quedamos sin trabajo y nuestros proyectos se vinieron abajo. No podíamos afrontar los gastos de la ceremonia que soñábamos. Pero oramos mucho, y Dios dio respuesta. Cada cosa, paso por paso, llegó. Y recuerdo cada parte del proceso (sí, chicas, el proceso lo es todo, disfrútenlo). Principalmente, lo que yo más soñaba era mi vestido. No podía pagar para que lo diseñen y confeccionen como yo quería, así que tuve que buscar por internet uno usado. Para mi sorpresa, encontré más de lo que esperaba. Cuando lo vi, dije "es éste" y me contacté con la chica que lo había usado. Fui a retirarlo muy lejos de casa, ¡Hasta sin haberlo probado! Como si fuera poco, de milagro, era mi talla, era como si hubiera sido hecho a mi medida. Además era como lo soñaba, lo único que le agregué fue las manguitas que tanto quería (mi abuela lo hizo, y quedó perfecto).

Realmente soy afortunada, hoy cuento una historia que formó mi carácter, mis esperanzas, mi paciencia, y disfruté mucho de este proceso. Hoy en día estamos de a poquito construyendo nuestra casa y soñando con milagros como los que llevaron a cabo nuestra boda. Queremos mudarnos y poder formar una familia juntos. Gracias por esta oportunidad, esta página fue para mí mi propia wedding planner, leí cada artículo y pude planear mi boda con cada recomendación. Gracias por acompañarnos en cada pasito. ¡Somos muy agradecidos!

PD: Les dejo fotos de este día tan especial, y una con mi abuelita que hoy ya no está con nosotros pero tuvimos la suerte de tenerla acompañándonos en un momento tan importante.