El casamiento de Emmanuel y Nicole en Ramos Mejía, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

Fue el día más feliz de mi vida, el más importante sin dudas. Cada vez que pensaba en ese día tenía miedo de cómo podían salir las cosas, pero ese día tenía tanta felicidad que nada podía opacarlo. Para mí fue perfecto, sí, hay cosas que no salieron tal cual estaban planeadas, ¡pero aun así fue mágico!

Yo odio bailar, nunca nadie me vio bailar en ninguna fiesta, pero está tanta la felicidad que sentía, que bailé toda la noche. El amor y la felicidad me recorrían cada centímetro del cuerpo, no podía dejar de sonreír, dejar de mirar lo hermoso que estaba mi esposo, como bailaba, como se divertía, verlo a él y sentir que estaba haciendo lo correcto. Pensar que afortunada soy, si es la persona más pura del planeta entero. No puedo expresar con palabras la felicidad que sentía, y sé que nada en el mundo la va a igualar. Cada día pienso en la fiesta, en la ceremonia, en todo. Y esa felicidad vuelve, ¿así que qué decir de mi casamiento? Que fue perfecto, una noche mágoca que revivo en mi cabeza y corazón cada día. ¡Y así va a ser siempre!