El casamiento de Ema y Carla en La Plata, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

Fui un día inexplicable, maravilloso. Lleno de nervios, ansiedad y contratiempos. Hay cosas que haría de nuevo como cambiar de peluquero y maquillador (no me hizo lo que habíamos quedado en la prueba que habíamos hecho).

Pediría más ayuda, ya que fue todo casero y entre otras cosas nos tuvimos que quedar hasta las 16 armando los centros de mesa con mi marido en el salón, cuando me tenía que estar casando a las 19:30 (cosa que obviamente no pasó). Alargaría un poco más el horario, a mi gusto lo hicimos terminar muy temprano y me quedaron cosas sin hacer, era una noche hermosa, aunque quizá era yo la que no quería que se terminara.

Cosas a resaltar. La modista, una genia. Amé mi vestido. Los barman (amigos de mi marido) deleitaron a todos y se portaron de 10. El camarógrafo, espectacular. Estuvo en cada detalle. Salvo que se perdió cuando tenía que llegar a la quinta, pobre. La quinta que alquilamos era un sueño, el sueño de toda novia estaba ahí.

Mi suegra y mis cuñadas me ayudaron en cada detalle, sobre todo la comida. Hicimos casi todo lo que soñamos para nuestro gran día. Mi marido bajo de peso del estrés, a mí no me pasó lo mismo. Y a pesar de todas las trabas, porque se cortó la luz, y quedamos a luz de las velas de los centros de mesa.