El casamiento de Carlos y Julieta en San Juan, San Juan

La crónica de nuestro casamiento

Primero, ese mito del "vos quédate en casa tranquila, yo me encargo de todo" y a los veinte minutos el primer llamado, “¿Gorda a qué hora venían los del lunch? ¿Gorda, eran 55 bandejitas o 57? ¿Gorda las flores iban afuera solamente en el civil no?” Y la ansiedad que comienza a hacerte ruidos en la panza, y aunque no comes hace dos días sentís que vas a explotar. Pero bueno llega el momento del peinado, el makeup y cuando te pones el vestido te sentís salida de un cuento de hadas. Y ahí afuera esperándote tu viejito para acompañarte a la iglesia. Nada más lindo que la persona que siempre se encargó de sacarte los miedos, sea tu compañero en ese momento hasta dejarte en manos del príncipe azul. Nosotros elegimos para entrar a la iglesia una versión instrumental de “Somewhere over the rainbow”, primero entraron mis hermosas amigas, mis damas de honor y luego mi papá y yo. Cuando lo vi a mi marido me dijo, "Estas increíblemente hermosa" y me dieron unas ganas de largarme a llorar y arruinar todo el trabajo de maquillaje en 5 segundos. La ceremonia fue íntima, cálida. Estaban todas las personas con las que queríamos compartir ese momento tan feliz para nosotros. Luego partimos al salón. Todo sucedió tan rápido que me dejó una sensación de querer repetir todo otra vez. No estábamos en una buena situación económica así que no pudimos filmar, solo algunas fotos. Así que los mejores recuerdos quedaron en nuestras memorias. Hicimos todo nosotros, desde las cajitas rústicas con flores de papel para los centros de mesa hasta la recepción salada. Un trabajo sumamente agotador. Pero era la única manera de lograr nuestra boda. Así que pusimos toda la garra y lo logramos. Ese día fuimos felices. Y hoy mucho más. Simplemente compartir que a veces soñamos con una idea mágica que no podemos alcanzar, pero el ingenio y la buena onda de todos los que nos aprecian, nos dan esa cosita inexplicable y sale algo mucho mejor. Gracias.