El casamiento de Ber y Noe en Pergamino, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

Ese día estaba muy nerviosa por como estaría acomodado el salón, soy de las personas que le gusta estar en todo y me mataba haber tenido que delegar tanto que me descompuse desde temprano y tomé una pastilla de carbón para no pasarla mal en la noche (santo remedio). A las 14hs fui al hotel, nos habían regalado la noche en el Howard Johnson, ahí me regalaron un ramo gigante, me peinó y maquilló una amiga y ella también me ayudó a vestirme.

A medida que pasaban las horas me caía más la ficha, me estaba por casar. Más tarde me pasaron a buscar mi papá y el testigo del civil, dimos vueltas en auto para hacerme rogar un poquito y entré a la iglesia. No podía parar de sonreír y pensar "tanto esperar este momento y ya está". Mi ahora marido estaba hermoso, de punta en blanco y cada vez que lo miraba se me llenaban los ojos de lágrimas, casi ni recuerdo qué dijo el cura pero todos me dicen que fue hermoso.

Luego de hacer unas fotos fuimos al salón y ahí me quedé tranquila, me gustaba todo. Entramos bailando la bomba loca, hicimos el vals al principio y las fotos con los invitados en el tiempito entre la cena y el postre. Queríamos hacer esas cosas rápido para que el resto de la noche sea pura pachanga. El ramo lo agarró mi hermana, pura casualidad porque no se apuntar y el anillo la novia de mi primo. El cotillón estaba super colorido y había 4 o 5 cosas por persona, así que las fotos del carioca quedaron geniales.