Martes 13: No te cases ni te embarques, ni de tu casa te apartes

El martes 13 es una fecha temida por muchas parejas porque se asocia el día con el mal augurio para realizar trámites, apuestas y eventos, como el casamiento. El temor a esta fecha es llamado trezidavomartiofobia, si bien muchos siguen al pie de la letra las supersticiones, hay otras parejas que se animan a casarse en este día.

El origen de la reputación de la fecha nació hace mucho y se ha mantenido hasta el día de hoy, en este artículo te contamos de dónde surge la historia y cómo ha influido en los casamientos:

El número 13

Existen varios acontecimientos históricos que marcan este número.

• La mala reputación del 13 se remonta a la Última Cena. Se dice que Judas, el apóstol que traicionó a Jesucristo, era el treceavo en la mesa.
• Por su parte, en las cartas del Tarot, el número 13 es la carta de La Muerte. Representa sin embargo el fin de un ciclo y un nuevo comienzo, no la muerte en si misma.
• En la Cábala, una tradición esotérica relacionada con el judaísmo, se enumeran a 13 espíritus malignos. Otra connotación negativa para el número.
• Otro suceso significativo, fue que el 13 de octubre de 1307, más de cien caballeros templarios fueron arrestados en Francia, un acto motivado para incrementar el prestigio de la Corona. Felipe IV fue quien originó el movimiento, acusando falsamente a los templarios.

El martes

También tiene sus explicaciones míticas… "Martes" es una palabra que en la Edad Media se usaba para referencia de "el pequeño maléfico" y significaba voluntad, energía, tensión y agresividad. Por su parte, Marte es el dios de la guerra y se cree que el día martes está regido por el planeta rojo que lleva este nombre, considerándolo el planeta de la destrucción, la sangre y la violencia. Además, la leyenda dice que un martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel.

Para el casamiento

"El martes, no te cases ni te embarques"… es el refrán muy conocido que hace alusión a no tomar decisiones significativas ese día, para evitar que ocurran desgracias y que el casamiento no prospere con felicidad, fidelidad y perdure en el tiempo.